Distanciamiento social, auto cuarentena, bloqueo/ encierro. Estas son las realidades de la vida actual en la mayoría de los países del mundo. ¿Qué significa esto para mí? Al igual que muchos, para mí esto significa trabajar desde casa, pasar tiempo solo con mis compañeros de cuarto, hacer conferencias telefónicas con compañeros de trabajo y conectarme a través de las redes sociales con mi familia y amigos. No hay duda de que esta pandemia ha afectado y afectará casi todos los aspectos de nuestras vidas. Desde las relaciones hasta las finanzas, la mayoría de las personas ya están experimentando un cambio.

Pero, ¿qué significa esto para nuestra vida espiritual? ¿Cómo afecta esto mi relación con Dios? ¿Esa parte de mi vida está segura fuera del alcance del coronavirus?

Me he dado cuenta de que este tiempo me ha obligado a reducir la velocidad de mi vida. Mientras que mi agenda unas semanas atrás estaba repleta de reuniones, grupos comunitarios, eventos de la iglesia y oportunidades ministeriales además de equilibrar mis relaciones y mi vida laboral, ahora me encuentro en las noches y los fines de semana sin ningún lugar adonde ir. 

Algo que siento que Dios me está animando a hacer en este momento es presionar el botón de “actualizar” en mi vida. He estado tan ocupado durante tanto tiempo que siento que estoy tratando de ejecutar demasiadas pestañas en una conexión de Wifi limitada. O como dijo nuestro escritor favorito de fantasía anterior a Internet: 

“Me siento delgado, como estirado” si sabes a lo que me refiero: como mantequilla que ha sido untada sobre demasiado pan. Eso no puede ser correcto. Necesito un cambio, o algo.

El personaje de Tolkien, Bilbo Bolsón, se sentía viejo. La gente de hoy se ha sentido ocupada. Cualquiera que sea la razón, estoy de acuerdo con el sentimiento del Sr. Bolsón. No podíamos seguir así. Algo necesitaba cambiar.

Escuché a un amigo decir recientemente que estamos tan concentrados en lo urgente que dejamos de lado lo importante. No encontramos el tiempo para hacer las cosas que realmente importan. Pero, ¿Qué ahora que tenemos tiempo?

Este período de cuarentena, bloqueo/ encierro o cualquier estado en el que se encuentre su comunidad en este momento, es inconveniente, molesto e incluso económicamente difícil. Pero también es una oportunidad para detenernos, reenfocarnos y preguntarnos cuáles son las cosas importantes que nos hemos estado perdiendo.

Para mí es tomarme el tiempo para sentarme, procesar mi vida y escuchar lo que Dios me está diciendo. Con demasiada frecuencia simplemente dejo que la vida me suceda sin descifrar cómo me siento al respecto o lo que Dios piensa. Es pasar tiempo leyendo y estudiando la Biblia. Es estar enfocados en la salud de las relaciones clave de mi vida y asegurándome de que sean verdaderas expresiones de amor y honrando a Dios. 

Así que tómate este tiempo de quedarte en casa y aprovéchalo al máximo. Ponerse al día con los programas de transmisión es parte de la relajación y ciertamente tiene su lugar,