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Las 3 cosas que me enseñó vivir en un pueblo

A lo mejor estás pensado, yo también he vivo en un pueblo. Pero déjame decirte, que no me refiero a ese tipo de pueblo que estás suponiendo. Durante nuestras 7 semanas de cruzada en Papa Nueva Guinea visitamos muchas aldeas. 

Antes de que llegáramos, el plan era quedarnos quizás en uno. Volviendo, en realidad tenemos una lista de tres estancias, que tomaron la mitad de nuestro tiempo de cruzada… cuándo miras videos o películas de Papúa Nueva Guinea, imaginas las aldeas rurales como una comunidad de tribus con máscaras y con pinturas corporales. Para ser honesto, me alegro de que no hayamos experimentado eso. Si quieres eso, lo cual sería probablemente una aventura genial, tienes que adentrarte en las tierras altas.

Los tres pueblos en los que nos alojamos tenían sus propias características, en su mayoría familias viviendo juntas en estas comunidades. Además, eran realmente diferentes si los comparas. La naturaleza, la conexión con la civilización, la comida, las condiciones de limpieza o las atmósferas espirituales contrastaban en cada pueblo.

Como una chica alemana de 18 años, estoy acostumbrada a una casa que es cálida gracias a la calefacción en invierno y fría debido al aislamiento en verano. Si tengo hambre, simplemente voy a la cocina donde mis padres guardan nuestros alimentos, que compraron en la tienda. Tengo mi propia habitación en la casa, una cama cómoda y puedo usar nuestro baño cada que lo necesite. 

Aunque tuve experiencias scouts(campamentos) cuando era niña, vivir en un pueblo de Papúa Nueva Guinea al otro lado del mundo no es lo mismo. La mayoría de las veces estos pueblos están apartados de la ciudad, o de las tiendas del mercado, y tampoco tienen una electricidad normal o estable. Para mantenerte limpio (a) necesitas tomar una ducha en el río o bajo algún lugar con la ropa puesta. Pero también te acostumbras a comer arroz todos los días y comer fruta directa de los árboles.  Pero, ¿qué aprendí realmente?

1. DIFERENCIAS || En primer lugar, aprendí que, aunque su vida diaria y sus condiciones de vida son muy diferentes a las mías, no significa necesariamente que esté mal, simplemente es diferente. Me refiero a cómo sería el mundo, si todos tuviéramos el mismo entendimiento de como vivir. Incluso si no hacemos las cosas de la misma manera que ellos o tal vez el hecho que le demos  un valor más alto a cosas como la higiene o la privacidad, no somos mejores. Dios nos creó a todos a su imagen y nos ama a todos por igual.

2. AGRADECIMIENTO || En segundo lugar, aprendí a ser más agradecida por lo que normalmente tengo. A menudo no apreciamos el tener una cama, un techo sobre nuestra cabeza o un baño y una ducha, pero no debería de ser así. Mucha gente en este mundo no tiene un supermercado cerca  o agua limpia del grifo. Es cierto que pueden vivir así y muchos de ellos se quedan en pueblos toda su vida, pero para mí personalmente no lo elegiría. Además, me alegro de haber tenido la oportunidad de crecer, donde crecí.

3. GENEROSIDAD || Y por último, pero no menos importante, lo que más aprendí fue  la generosidad gigante que tiene la gente. Nos cuidaron, nos dieron sus casas para dormir, nos cocinaron y nos lavaron la ropa. Lo más extremo que vi fue, cuando a veces nos daban las ofrendas de sus servicios. Era realmente como la viuda pobre de la que habla Jesús.

Esta preciosa gente de los pueblos no tiene mucho, pero lo que tenían lo invirtieron en nosotros y hasta nos dieron su dinero para bendecirnos e invertir en el reino de Dios.

¿Cuándo fue la última vez  que distes/ bendecirte no por abundancia, sino por necesidad?

Por mi parte, creo que nunca lo he hecho. 

Dios quiere que seamos generosos, pero tal vez todos necesitamos ver una expresión radical de generosidad de las personas necesitadas, para entender realmente lo que quiere decir con eso

Me alegro de que Dios me haya llevado en este viaje PNG y haya experimentado esta aventura conmigo. Mi oración para ti y para mí es que aprendamos de las experiencias unos a otros, ya sea en Papa Nueva Guinea, en los trópicos o donde sea que estés ahora mismo.